Las vitaminas se clasifican en dos
grandes grupos atendiendo a su solubilidad (su capacidad para disolverse): en
hidrosolubles y liposolubles.
Vitaminas
hidrosolubles
Dentro de este grupo encontramos nueve vitaminas.
Como su nombre indica, estas son solubles en elementos acuosos, por lo que es
relativamente fácil eliminar su exceso a través de la orina. Pero, este mismo
motivo, hace que sea importante mantener su ingesta de manera estable, ya que
no se almacenan en el organismo.
Las
vitaminas hidrosolubles son:
·
Vitamina C o
ácido ascórbico
·
Vitaminas del
grupo B: son ocho las vitaminas pertenecientes a este grupo y tienen todas como
denominador común, además de participar en reacciones de obtención de energía,
un nombre que consiste en la letra B, seguida de un número a modo de subíndice:
o
Vitamina B1 o
tiamina
o
Vitamina B2 o
riboflavina
o
Vitamina B3 o
niacina
o
Vitamina B5 o
ácido pantoténico
o
Vitamina B6 o
piridoxina
o
Vitamina B8 o
biotina
o
Vitamina B9 o
ácido fólico
o
Vitamina B12 o
cianocobalamina
Vitaminas
liposolubles
Las vitaminas liposolubles son cuatro y tienen en
común la característica de que no se solubilizan en agua, pero sí en grasa.
Estas vitaminas, al contrario que las hidrosolubles, sí se almacenan en tejidos
grasos del organismo (hígado, tejido adiposo), por lo que pueden dar, llegado
el caso, problemas de toxicidad. Además, su eliminación es más dificultosa, por
lo que hay que poner especial cuidado en cubrir las recomendaciones, pero no excederlas.
Son las siguientes:
·
Vitamina A o
retinol
·
Vitamina D o
calciferol
·
Vitamina E o
tocoferol
·
Vitamina
K
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